viernes, 4 de mayo de 2018

Os presentamos los relatos ganadores en el IV Concurso de Microrrelatos Científicos.





- Categoría A: Fátima Ezzahra Achemrk Briovi (2ºA). 


AQUEL PENSAMIENTO OLVIDADO
Produce una inmensa tristeza pensar que la Naturaleza habla mientras el género humano no la escucha. ¿Acaso se puede contrariar a la fuerza gravitatoria que nos proporciona nuestra capa protectora, la atmósfera? ¿Es probable conseguir tal cosa extraordinaria?

El ser humano tiene un extraño mecanismo al que no se le da importancia y es el que nos proporciona un giro completamente radical, la causa de vencer la fuerza gravitatoria. Este ser humano puede flotar como una nebulosa difuminada en un espacio infinito en el que no habitan las reglas. El pensamiento propio de cada persona lo puede trasladar a un mundo diferente. Uno mejor. No hay ninguna aprobación exacta de que la gravedad actúa sobre nuestro pensamiento. Aquel que nos hace cada uno diferente del otro.


- Categoría B: Raquel Luque Molina (1ºBachCS).

LA ESPECIE PERDIDA
Produce una inmensa tristeza pensar que la Naturaleza habla mientras el género humano no la escucha. Lanza continuas ondas lumínicas, llamándolo en noches durante las cuales el ciclo se repite. Pero es demasiado ciego, demasiado sordo. Ya no siente la impetuosa acción gravitatoria de la Luna. Para él ha perdido todo sentido cualquier ley de la Naturaleza que no pueda ser explicada con una maquiavélica ecuación. Y sin embargo vive. Vive desafiando sus capacidades intelectuales hasta el punto en que la transmisión sináptica se colapsa. La oxitocina lo paraliza. Se pierde. Intenta volver a armonizar el tiempo y el espacio, pero ya es tarde. Es incapaz de tocar las cuatro dimensiones cuando se encuentra encarcelado en la primera. A pesar de esto, la Naturaleza, incansable, no deja de llamarlo. Es inútil. Perciben frecuencias sonoras demasiado diferentes.


Además, se conceden dos áccesits a Mª Dolores Rodríguez Ruiz y Nuria Romero (2ºBach)

ESTAMOS EN CRISIS DE CORAZONES (Mª Dolores Rodríguez Ruiz)
"Produce una inmensa tristeza pensar que la Naturaleza habla mientras el género humano no la escucha"- retumban palabras en el mediastino medio-. Si Esperanza es lo último que se pierde, no sé cuántas unidades circunsolares llevarás marchito, Sépalo. El dominio de la polución hace consumirte cual agente reductor en combustión. Te acaban por atropellar con sus prisas de gente mecanizada, de corazones que aceleran sístole y diástole por mover un cuerpo... ya muerto. ¿Cuánto destruyeron esos cadáveres por conseguir ese fajo de billetes? ¡Qué pena que sigan pensando que el dinero lo es todo! Dijo Pétalo.

Ojalá, Orchidaceae, detengas esta metástasis; ojalá les muetres a un poeta desangrándose por un papel distinto al de la moneda; les enseñes cómo se desnudan en unos versos y no precisamente para llegar al clímax monetario. Dime el modo de mostrarles cómo cada kilómetro de asfalto arde en el pecho del edafólogo, cómo cada accidente petrolero zarandea las glándulas lacrimales del ictiólogo, cómo entender que están en bancarrota de serotonina.


ALTAIR Y VEGA  (Nuria Romero Molina)

Produce una inmensa tristeza pensar que la Naturaleza habla mientras el género humano no la escucha. Que aunque el córtex cingulado anterior se excite hasta provocar neurogénesis y serotonina, dopamina, oxitocina y noradrenalina invadan cada uno de nuestros ángulos; sigas siendo asíndota de espiral hiperbólica. Y por mucho que mi Ello esté gritando a veinte mil hercios y provoque que martillo, yunque y estribo se sacudan y estremezcan cada axón neuronal como si se estuviera produciendo el mismísimo Big Bang; qué pena que mi Superyó, hijo de una atmósfera infectada de normas, tenga un radio atómico tan minúsculo que sea impensable compartir un solo electrón contigo. Aunque tú no lo sepas, compartir ese par de electrones me haría el elemento más covalente de las diez, once o veintiséis dimensiones.


¡Enhorabuena!

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